Infertilidad de origen desconocido

Imagina esta situación: Después de meses buscando un bebé de manera infructuosa, tú y tu pareja deciden visitar un endocrinólogo especialista en reproducción. Después de la evaluación inicial de ambos, determina que no existe nada malo en vosotros.

En principio, parece una buena noticia pero el tiempo sigue pasando y no lográis aún el embarazo, de manera que las “buenas” noticias comienzan a ser confusas. Por supuesto que nadie quisiera saber que su compañero tiene bajo conteo espermático o que tu no ovulas pero al menos si eso estuviese pasando podrías hacer algo al respecto para resolver el problema.

En lugar de eso, no tienes diagnóstico alguno y el caso queda catalogado como infertilidad de causa desconocida lo cual significa que aún cuando no hay nada malo o que no se ha logrado llegar a un diagnóstico concreto (ya que la ciencia moderna aún tiene sus límites), tienen problemas para concebir. Sin embargo las estadísticas demuestran que mientras más detallado sea el abordaje diagnóstico inicial, más posibilidades hay de identificar el problema en algún momento del proceso, aunque el diagnóstico inicial sea el de infertilidad de causa desconocida.

La ‘Infertilidad de Causa Desconocida’ es un diagnóstico bastante común que incluye aproximadamente al 20% de las parejas con problemas de fertilidad. Lo importante es recordar que aunque se obtenga ese diagnóstico aún hay esperanza, ya que existen posibilidades que les podrían ayudar a concebir de manera natural. En este punto es imprescindible asegurarse de que ambos están trabajando duro para planificar los encuentros sexuales de manera adecuada antes y durante la ovulación. Los Monitores de Fertilidad o las Pruebas de Predicción de la Ovulación son particularmente útiles en este aspecto.

En cierto punto (después de agotar todas las opciones naturales) quizás sea el momento de probar con medicamentos para la fertilidad tales como el Clomid o tratamientos específicos para la fertilidad como la IIU (Inseminación Intrauterina) o la IIV (Inseminación in Vitro). Dependiendo de cada pareja, estos tratamiento aumentan las posibilidades de lograr un embarazo a pesar de no haber identificado la causa de la infertilidad.

En cualquier caso, el diagnóstico de infertilidad de origen desconocido no es el fin del mundo; por ello es importante recordar que no están sólos. En los últimos años se han hecho importantes avances en esta área por lo que se espera que cada día sean menos los casos que quedan etiquetados como “infertilidad de origen desconocido”.

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