Masaje perineal: cómo practicarlo (y quienes pueden hacerlo)

Faltan pocas semanas para el gran momento: la llegada de tu bebé. Tu historial de búsqueda está repleto de tips sobre cuidados durante el embarazo, cuidados al neonato, preparación para amamantar y miles de cosas mas ligadas a la maternidad. Sin embargo, hay algo que no se debe olvidar nunca en los preparativos para dar a luz: alistar tu área pélvica a través del masaje perineal.

Esto es de vital importancia para evitar complicaciones en la zona íntima durante el parto.

¿Qué es el masaje perineal?

El masaje perineal es un método en el que se pretende dar elasticidad y ablandar los músculos y ligamentos del perineo, que es la zona que está ubicada entre el ano y la vagina, por donde pasará próximamente el bebé.

El periné o suelo pélvico son todos estos músculos que funcionan de sostén de los órganos pélvicos, ayuda en las contracciones para alumbrar al bebé, mejora la calidad durante el coito y contribuye al control de esfínteres.

La finalidad de estos masajes es, precisamente, prevenir desgarros en los músculos del suelo pélvico o que el médico se vea en la necesidad de realizar una episiotomía.

Pero ¿Qué es una episiotomía?

La episotomía es un procedimiento que decide hacer el médico para poder agrandar la abertura por donde pasará el bebé. Para esto, se debe realizar una incisión en el periné, la cual puede tener sanación lenta, en el caso de la episotomía mediolateral, o proceder a desgarres posteriores en la episotomía lineal media.

Por supuesto, no es un procedimiento inherente a todos los partos. Existen condiciones que requieren de esta incisión, como cuando hay fatiga del feto o cuando el bebé es prematuro o viene de pies o de nalgas.

Cuándo se deben realizar y ventajas de los masajes perineales

Como afirmamos anteriormente, el masaje perineal está destinado a prevenir que se necesite una episotomía, pero esta no es la única ventaja de la técnica. Al aumentar la elasticidad, los músculos se distienden al momento del parto haciendo que este sea (al menos un poco) menos dificultoso.

Además, tu pareja también puede ayudarte a realizarlos, lo que hace que ambos tengan mayor conocimiento y conciencia sobre el cuerpo que traerá a luz al nuevo integrante de la familia.

Sin embargo, no significa que debas realizar estos masajes durante todo el embarazo.

Se recomienda comenzar a practicar estos procedimientos flexibilizadores a partir de la semana 34 hasta el momento del parto, al menos tres veces a la semana por 10 minutos. No hay problema si deseas realizarlo diariamente, aunque puedes reducir el tiempo de masajeo.

Es importante acotar que no todas califican para un masaje perineal. Si tienes programada una cesárea, no es necesario que hagas los masajes (de todas formas el bebé no pasará por tu vagina). No se deben aplicar masajes si la mujer tiene infecciones urinarias o vaginales recurrentes, si existen lesiones en el área de la vagina, si tiene placenta previa, si hay sospecha de parto prematuro o simplemente si el médico lo contraindica.

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Procedimiento: pasos para realizar el masaje perineal

Realizar estos masajes en el suelo pélvico es muy sencillo. Puedes utilizar algún lubricante a base de agua, sin fragancias y que haya sido autorizado por tu médico o matrona previamente. También puedes usar algún aceite esencial como de almendras, oliva o cualquier otro que esté indicado para tu zona íntima.

Lo primero que debes hacer es orinar para vaciar la vejiga, lavarte bien las manos con agua y jabón y tomar una postura que te sea cómoda en la que puedas estar unos cuantos minutos. Esta postura puede ser estando sentada e inclinada, con las piernas abiertas y dobladas hacia los lados.

También puedes hacerlo de cuclillas o acostada con las piernas abiertas hacia los lados. Mientras más cómoda estés, mucho mejor.

Si se trata de un automasaje, puedes guiarte con la ayuda de un espejo. Además, puedes hacerlo dentro de la ducha o colocar toallas con agua templada para ayudar a relajarte.

Los pasos para hacer el masaje perineal son:

  1. Introduce tu dedo pulgar unos 3 o 4 centímetros dentro de la vagina. Ya dentro, comienza a hacer presión, y si tu pareja te está ayudando, puede hacerlo con los dedos índice y medio (o corazón).
  2. Presiona con tu dedo (o sus dedos) hacia abajo, hacia el área del recto y hacia los lados de la vagina. Esta presión la puedes mantener durante unos momentos y realizar movimientos repetitivos.
  3. Aumenta la presión para dar mayor elasticidad hasta que comience a incomodar, y suelta.

Como ves, es muy fácil de realizar y puedes hacerlo varias veces a la semana. Estos ejercicios son muy buenos y protegerán tu suelo pélvico durante y después del parto.

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